Registros Akáshicos
Se refiere, todo es un poco creer o reventar. Allí, donde las terapias convencionales, como el psicoanálisis, no logran clarificar los problemas o cerrar conflictos, los registros Akáshicos se proponen como una nueva puerta de entrada a nuestra interioridad. A nuestra alma. Una forma diferente para saber más sobre uno mismo, empezando por el alma.
La palabra «Akáshico» viene de ākāśa (akasha), término del antiguo idioma sánscrito de la India y significa alma, espacio, cielo o éter, por lo que, según la tradición hindú, los registros Akáshicos son los archivos de las memorias del alma.
No es un espacio físico sino energético, sin medidas de tiempo (no existe el ayer o el hoy), donde se guardan los archivos que contienen la historia de toda la existencia. Todos los seres tienen su registro. El de las personas es individual. El de las plantas, los animales y los minerales es grupal.
Allí, se archiva todo lo que vivió un alma en sus diferentes reencarnaciones, lo que está viviendo y las cosas que, tal vez, viva en el futuro, pero no desde una forma de adivinación, sino de caminos potenciales. La predicción del futuro no tiene nada que ver con esta disciplina.
Los archivos del alma están dentro de cada uno de nosotros y hacerlos conscientes a través de una lectura, es una forma de superar o entender el origen de diferentes miedos, conflictos, ataduras, trabas y hasta problemas familiares. Suele ser común que una persona lleve una lista de temas para abordar en una sesión de apertura de registros, los exteriorice y luego profundice sobre ellos en un espacio terapéutico.
¿Cómo se leen los Registros Akáshicos?
En general, las sesiones, siempre con turno previo, suelen durar entre hora y media y dos horas. Lo ideal es ir con una lista de preguntas (el guía indicará cuántas pueden ser). En todo momento el guía será un canal entre quien consulta y la información recibida se puede expresar a través de imágenes, sensaciones o palabras.
Al final, la información obtenida tiene como fin ayudar a la persona a avanzar y evolucionar en sus problemas. Ofrecer ayuda para entender el porqué de ciertas cosas que pasan en su vida, pero el guía nunca podrá indicar qué hacer o qué no hacer, ni que decisión tomar frente a un tema en específico.
Preguntas que tienen como respuesta un «Sí» o «No», tampoco son indicadas. El libre albedrío de la persona que consulta y la decisión final sobre el accionar que lo hará feliz, nunca se cuestiona en una sesión de apertura de registros Akáshicos.
En definitiva, la lectura de registros Akáshicos tiene que ser abordado como una herramienta más, una especial si se quiere, en el largo camino del autoconocimiento. Su fin es ayudar a avanzar en la resolución de conflictos personales, pero como todo, siempre dependerá de uno mismo lograr mejorar.
